Se define al propósito como la
determinación firme de hacer algo o como un objetivo o meta a alcanzar en algún
momento. Podemos tener varios propósitos, pero uno es el que nos define, el
propósito de vida, Mark Twain decía que “los dos días más importantes de tu
vida son el día en que naces y el día que descubres por qué”.
Existe un concepto japonés nacido en
la isla de Okinawa que es el ikigai, que se puede traducir como la razón de
vivir, la razón de ser o lo que le da sentido a nuestras vidas, en íntima
relación con el propósito de vida, en otro capítulo me explayaré sobre el
ikigai, pero hoy el foco está en ese propósito o sentido de vida que cada uno
debemos descubrir, y a partir de este artículo comenzaré a presentar diferentes
personalidades que cuando lo encontraron lo regalaron al mundo, puede que sea
su mundo, su entorno o también a todo el mundo, a la humanidad toda, más allá
de que no todos puedan acceder a su legado.
En esta oportunidad la reseña está
basada en la historia de Carlos López Alvarez, artista plástico de Bell Ville,
quien con apenas quince años ya soñaba con un museo, plagado de sus obras
artísticas, y cuando relata aquellos primeros años, todo se veía muy lejano, ya
que la sociedad de por aquel entonces, no veía con buenos ojos que se dedicara
al arte, pero cuando sus recuerdos van hacia ese entonces, señala con mucho amor,
que sus padres siempre lo apoyaron y acompañaron.
Nos comparte que hubo momentos en
que no tenía ni para comer, y que pasaba sus días a mate cocido y a la buena
ayuda de algún providencial amigo o conocido, pero también relata sus viajes a
Europa, donde quedó prendado de París, y de todos los lugares que ha visitado
de Argentina, todo gracias a sus obras, que lo han posicionado en un lugar muy
especial ya que ha demostrado una poderosa fuerza de resiliencia para
sobreponerse a las adversidades y ha mantenido viva la llama de su propósito de
vida, ya que en la actualidad y con sesenta y nueve años, abre las puertas de
SU museo Cósmico, un lugar plagado de magia e imágenes que nos transportan a un
planeta llamado Ueutranpc, siendo testigos de sus habitantes y de los paisajes
que pueden apreciarse en él.
Carlos relata que todo lo observable
ha sido vivenciado por él a partir de un sueño vívido y lúcido, y que muchas
veces algunas de sus obras las realizó en estado de absoluta entrega, que sus
manos se movían solas canalizando lo que le llegaba mentalmente, inspiración
pura en un estado de unión con el arte mismo.
Y a pesar de que tuvo que afrontar
momentos difíciles, su sueño, su propósito, siempre estuvo marcado a fuego,
sabía que con su arte llegaría el día en que tendría su propio museo para
exponer sus obras y que estuvieran al alcance de todos. Con sesenta y un años
comenzó la construcción del museo, ya lleva ocho años trabajando en él, a la
par de continuar enriqueciendo su obra artística, ha recibido numerosos premios
y reconocimientos, que los menciona con humildad, de la misma manera en que nos
presenta sus libros de artista con innumerables bocetos y una caligrafía dibujada, en cada detalle está presente su impronta,
calidad y dedicación.
Y nos expresa desde su interior que
sabe que algún día va a partir de este plano, que no deja descendencia más que
su legado, su obra, y que declara querer que su Museo continúe vivo, que pueda
seguirse visitando y conociendo más allá de que él ya no esté.
Carlos es así, simple, sencillo,
ameno, educado, respetuoso, hospitalario, creativo; muy creativo, ya que si por
alguna razón recorriendo las calles en su bicicleta se encuentra con algo que
para muchos es un objeto desechable, para él, es la oportunidad de convertirlo
en una obra de arte en directa relación con ese planeta visitado ¿en sueños?...
Antes de retirarnos nos comentaba de un
proyecto que ha presentado a varios intendentes de su ciudad, un homenaje a
realizar en una plaza a la pelota, en la ciudad que es llamada la capital de la
pelota de fútbol; esperamos que ese sueño alguien lo acompañe a cumplir, ya que
el área cultural tiene que decir presente en cada acto donde el arte pueda
plasmarse para las generaciones futuras.